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PULSO SINDICAL DIARIO DE LA CGT CHILE

1.- Hace algunos días quien ostenta el cargo de presidente de la república, se las dio de pitoniso y dijo que la «inteligencia» le permite anunciar que se está preparando un nuevo estallido social.

La verdad es que para ese anuncio no se requiere ser brujo. De solo constatar lo que está pasando en los barrios, se puede intuir que la gente está más allá de la coronilla y, sin duda, va a seguir explotando de todas las formas posibles.

No solo esperamos sino que alentamos a nuestro pueblo, a través de nuestras organizaciones, a unirse en la base y expresar el descontento que se está viviendo en muchos hogares. Bienvenida la explosión social, si esto posibilita cambios en esta alicaída sociedad en la que nos desenvolvemos.

El estallido debe estar antecedido de un gran trabajo en la base social, que ayude a construir muchas organizaciones. Debemos prepararnos para dar apoyo a los cientos de miles que están suspendidos de contrato, quienes de seguro recibirán de sus patrones la exigencia de disminuir beneficios, achicar las jornadas de trabajo y aceptar finiquitos sin pago de indemnización.

El discurso patronal ya fue expuesto en todos los medios. Requerirán de ajustes para no cerrar sus empresas y esos ajustes se harán por la vía de disminución de personal.

Que no se las de de vivo el Piñera, el estallido social se viene con todo y lo impulsan las carencias y el hambre de millones, responsabilidad de su gobierno.

2.- Lo hemos dicho en todos los tonos e insistiremos en ello cada vez que sea necesario, para hacer claridad en nuestras/os compañeras/os.

Lo que se vivirá en 2 meses más, no tiene nada de épico.  Es mas, si  alguien se toma el tiempo y busca la declaración de los partidos de la oposición del 12 de noviembre del año pasado y la contrasta con el Acuerdo del 15 de noviembre, podrá darse cuenta de la enorme vuelta de carnero de los mismos que ya habían claudicado en 1988, momento en que se negoció la salida con el dictador.

La protesta popular, en curso desde octubre 2019, tenía por las cuerdas al gobierno y también a la oposición, al extremo que estos últimos pusieron como condición mínima para una salida, una nueva Constitución vía Asamblea Constituyente.

Esa fue la propuesta inicial y nuevamente se traicionó la confianza popular, llegando a un acuerdo entre 4 paredes, renunciando sin consultar a nadie, a una de las muchas demandas planteadas por nuestro pueblo.

Y sin embargo, y muy livianamente, vienen en llamar al pueblo a marcar Apruebo y Convención Constitucional, diciéndole que haciendo este simple ejercicio se accede a un nuevo futuro, que incluso lo anuncian luminoso.

3.- Lamentamos desencantar a nuestras bases, pero aunque triunfarán ambas opciones, que es lo mas probable, no se construirá un futuro luminoso. Habrá cambios, de eso no hay duda, pero serán de un rango acotado.

Lo mas probable es que la nueva Constitución no entregue al país el control de sus riquezas básicas. El agua, la electricidad y las telecomunicaciones seguirán en manos privadas y no tendremos pensiones dignas, ni medicina preventiva y curativa para todos, sin la división odiosa que existe en la actualidad. 

4.- En lo personal, estoy inscrito en los registros electorales y votaré por una nueva Constitución, pero no me creo ninguno de los discursos venturosos que están repitiendo por todos lados.

Sigo más convencido que nunca que nuestro camino para incidir en el cambio social pasa por la organización de los  millones de desencantados y para eso, trabajaré con las mismas fuerzas con las que lo he hecho hasta ahora, en el lugar que me asigne la CGT.