contador de visitas gratis

“NACER EN PANDEMIA”: UN TESTIMONIO DE VIDA

A fines de abril pasado, y con 37 semanas de embarazo, Daisy Gallardo esperaba con ansias la llegada de su primer bebé. El dolor de espalda que sentía en esos momentos lo atribuía a su embarazo, por lo que en un inicio nunca pensó que todo lo que tenía planificado para la llegada de Martina no se iba a concretar.

Después de ser diagnosticada con Covid-19, tuvo que ser internada de inmediato en sala de hospitalización debido a que presentaba neumonía por Covid-19, de un rato para otro tuvo que someterse a una cesárea de urgencia, momento en que el apego tuvo que ser suspendido por la gravedad de su cuadro. Martina ingresó a neonatología y Daisy, estando su puerperio, fue ingresada a UCI donde un día más tarde, tuvo que ser intubada por su complejo compromiso respiratorio, “Lo único que recuerdo es que me pusieron una máscara que cubría toda mi cara y el kinesiólogo le dice al doctor que eso no estaba funcionando. Me dicen que me van a intubar y no me acuerdo más; estuve un mes en la UCI.  Cuando pude salir de la ventilación mecánica, no podía mantener mi cuello, no podía moverme y tuve que de a poco, ir haciendo rehabilitación”, recuerda con emoción.

Una vez dada de alta, y confirmado su estado negativo en test de PCR pudo reencontrarse con su hija Martina, que durante todo el proceso, estuvo bajo el cuidado de sus tíos. “Uno nunca espera que va a pasar una situación así, durante mi hospitalización yo soñaba con la muerte de mi familia, no poder verlos, abrazarlos o besarlos. Temí no poder conocer a mi hija, fue terrible”.

Daisy inició un proceso de rehabilitación, atención de hospitalización domiciliaria, seguimiento de matronería y salud sexual que han permitido que ella y su pequeña hija estén juntas y saludables.

Lorena Navarro, Matrona Jefa (s) del Hospital Clínico Magallanes cuenta que desde un inicio de la pandemia, se tuvieron que realizar protocolos más restrictivos para evitar contagios en la Unidad de Maternidad, medidas que han sido aceptadas por las usuarias y sus familias, entendiendo que el único fin es el resguardo del binomio madre/hijo. “En un principio el protocolo era muy estricto, no existía acompañamiento ni visitas y las usuarias covid positivo no podían realizar el apego con su recién nacido. Hoy, después de un año, y gracias a estudios de investigación, y el avance de fase de nuestra ciudad, la madre, una vez que da a luz, se queda hospitalizada con su bebé en una pieza individual hasta terminar su cuarentena y bajo todas las atenciones de matronería”.

Una diferente experiencia vivió Nicole Ojeda, quien con 36 semanas de embarazo dio positivo a Covid-19. En su caso, y con sintomatología leve, pudo dar a luz a Julieta por parto natural. No recibió visitas ni acompañamiento, sí agradece el cuidado antes, durante y después, una vez que fue dada de alta. “Me llamaban dos veces por día cuando estaba positiva, me preguntaban cómo me sentía y me educaron en relación a los síntomas de preparto para saber cuando tenia que ir a hospital. Después que me dieron de alta, también me realizaron seguimiento. Uno nunca espera que todo esté coordinado”, finalizó.

Coordinación de la red de salud sexual y reproductiva de Magallanes

El periodo de gestación, postparto y puerperal, es un periodo transitorio especialmente sensible para las mujeres. Vivir esta etapa en tiempos de pandemia Covid-19 provocó un aumento de estrés ante la angustia de vivir un proceso tan importante con numerosas restricciones y con el medio natural respecto al bienestar personal y de la salud del hijo o hija que llega. Especialmente, al reducirse el poder del acompañamiento de una atención presencial de la red de salud.

             Por ello, con la asistencia de la red de salud sexual y reproductiva, que abarca el sector público y privada de Magallanes,  Centros de Atención Primaria, Postas Rurales, Hospitales  y  Clínicas Privadas, Hospital FF.AA desde prácticamente el inicio de la pandemia, se validó  la importancia del contacto telefónico,  las video llamadas  y las visitsa domiciliarias,  de acuerdo a las circunstancias de cada caso, intentando otorgar una escucha activa a necesidades y vivencias, facilitando las condiciones para recuperarse y continuar su vida,  asistiendo prioritariamente las  demandas de las mujeres en atención clínica y/o especializada, apoyando su salud mental, su seguridad social y necesidades básicas, mediante la coordinación con todos los dispositivos disponibles de la red.

Al respecto la Matrona María Isabel Velich, Encargada del Programa Mujer de la Seremi de Salud Magallanes, señaló que: “Desde el inicio de la pandemia, en marzo pasado, con la red regional de salud sexual y reproductiva y equipos de matronería regional, desarrollamos en primera instancia una coordinación vía telefónica personalizada para que las mujeres gestantes pudieran consultar, dado que no existía forma de asistencia directa por la cuarentena que vivíamos en ese entonces.  Una vez que la gestante positiva era trazada, se realizaba un contacto telefónico y un seguimiento posterior con respecto a su estado Covid-19, como también a su estado de salud de gestación, temores o miedos, condiciones sociales y habitabilidad para cuarentena y sus controles posteriores en atención primaria y secundario de acuerdo a sus patologías”.

La coordinación en red ha permitido que, desde marzo del 2020 al 31 de marzo de este año, 176 mujeres gestantes positivas a Covid-19 hayan sido atendidas en todos los aspectos de su situación, además  27 de ellas puérperas de un total de 1.575 nacimientos que acontecieron durante este año. Esta cifra, es equivalente al 1.85% del total de mujeres con Covid-19 de la región.

Si bien, la cifra puede ser menor, el impacto y la importancia de mancomunar todos los dispositivos públicos/privados para dar continuidad de atención a mujeres gestantes, va en directa relación con mantener prácticas y acompañamientos que previo a la pandemia se realizaban de manera presencial.

 “A través del equipo de matronería de toda la red, se ha podido realizar la atención directa para las consultas para clínicas de lactancia, control de diada, visitas domiciliarias, y también coordinación de todas las atenciones bajando el nivel de estrés que provoca vivir una pandemia, afortunadamente las mujeres agradecieron este tipo de atención.  Este es un trabajo que hemos mantenido a la fecha, cuidar y asesorar a las mujeres para tener una vida plena y un embarazo saludable”, comentó María Isabel Velich.

En tanto, en relación a la atención hospitalaria de la red y la importancia del apego entre el binomio madre/hijo, la matrona del Servicio de Salud Magallanes, Lorena Riquelme, explicó que: “Al principio tuvimos algunas dificultades que tienen que ver con readecuar espacios. Bien sabido es que esta es una enfermedad nueva, por lo que en un principio no había muchos lineamientos técnicos. En un principio los recién nacidos de madres con Covid19 fueron atendidos de manera aislada, lo que después pudo ser retomado muy rápidamente, fomentando la lactancia materna en este grupo de personas, manteniendo el apego y haciendo todo lo posible para poder mantener la cercanía que se requiere en este proceso tan específico y especial como es el puerperio”.

A su vez, en la atención en primaria (Cesfams- Cecosf), Fabiola Hernández, matrona del área de salud de la Corporación Municipal de Punta Arenas, fue enfática en señalar que: “El equipo de matronería de atención primaria ha estado dentro de la primera línea de atención en salud. Hemos reorganizado las atenciones desde el comienzo de la pandemia, de tal manera de poder seguir brindando la contención y el acompañamiento que tanto las gestantes positivas a Covid-19 y que las mujeres en general requirieron, la cual se otorgó en distintas modalidades. De esta forma, la atención primaria mantuvo el trabajo presencial y remoto para aquellas gestantes que cursaron su embarazo con un cuadro positivos de Covid o que fueron contactos estrechos de tal forma de poder dar continuidad de sus controles prenatales. Además de mantener la red de atención de mujeres en salud sexual, reproductiva y ginecológica. En esta labor trabajaron alrededor de 21 matronas, quienes en conjunto otorgaron más de 18.500 prestaciones de atención primaria durante la pandemia en Punta Arenas.