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«..Nosotros somos quienes somos, basta de historias y de cuentos , Allá a los muertos. Que entierren como Dios manda a sus muertos..»
canta Osvaldo Rodriguez

Son más de 3 millones de trabajadores de micro y pequeñas empresas los que están impedidos, en los hechos, de sindicalizarse y negociar colectivamente. Y si eso ya es dramático, hay un antecedente más que nos obliga a no permanecer en silencio.
La información del INE dice que durante 2021 la mitad de las personas ocupadas percibió ingresos iguales o menores a $457.690. (cuatrocientos cincuenta y siete mil seiscientos noventa pesos). Descontado el aporte previsional y de salud al valor que nos entrega el INE, el ingreso líquido de estas personas sería de $367.000 o menos. Ahora, dejemos claro que son decena de miles quienes trabajan por un ingreso mínimo de $400.000 bruto, algo más de $320.000 líquidos, hasta diciembre 2022, en tanto que el ingreso mínimo mensual para los trabajadores y las trabajadoras menores de 18 años de edad y mayores de 65 de edad es de
$298.391 brutos.
La cuestión de fondo es ¿Puede vivir dignamente un trabajador, una trabajadora, con los valores aquí expuestos? Ciertamente que no. Un ejercicio absolutamente simple y considerando para ello a 1 trabajador con gastos que podrían ser los mínimos que una persona debe cubrir para subsistir nos indica lo siguiente: Locomoción 2 pasajes diarios incluido día libre $50.000 – 1 cilindro de gas de 15 Kg y plan telefónico $30.000 – Luz y agua $20.000 – Arriendo mensual $200.000, Alimentación por día $3.000 x 30 $90.000 – TOTAL DE GASTO MENSUAL $390.000.

2.-Si compara estos gastos (que pueden ser mayores) con el ingreso mínimo legal líquido vigente, el resultado es lapidario. El trabajador ni siquiera alcanza a cubrir gastos mínimos. Tampoco los cubre con el líquido mensual de la encuesta del INE.
Conste que no se han considerado gastos básicos como elementos de aseo personal, vestuario, calzado, recreación y otros. Hecho el mismo ejercicio en Punta Arenas, los gastos mensuales aumentan al doble, aunque los montos de ingreso mínimo son iguales en todo el país.
En conclusión. Para que alguien que trabaja pudiera cubrir sus necesidades fundamentales, el ingreso mínimo debería ser de, al menos, $500.000 brutos, y aún así resultará insuficiente. Podrán seguir dando soluciones de parche, pero estas no responderán a la demanda de los que menos ganan.
Claro que en forma periódica subirá el ingreso mínimo, pero también lo harán – en una proporción igual o mayor – los gastos mensuales del trabajador. Con el ingreso mínimo no se vive, solo se sobrevive y en precarias condiciones, y así seguirá siendo hasta cuando los trabajadores y trabajadoras organizados cambien el orden de las cosas.
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Nuestra fuerza la Unidad Nuestra meta la victoria