contador de visitas gratis

EL AÑO DECISIVO por ERNESTO SEPULVEDA

Durante la larga lucha por recuperar la democracia en Chile, hubo varios momentos definidos como “decisivos”. Tal vez el más importante fue cuando se determinó que el año 1987 sería el “Año decisivo”. Las protestas de la oposición que se había iniciado el año 1983, iban in crecendo, por todo Chile, las acciones de desobediencia civil, se multiplicaban. Manifestaciones masivas, pero también acciones de grupos armados, cuyo momento culmine fue el atentado en contra del dictador. Cómo se llegó después a una transición pactada entre la oposición moderada y el régimen, ha sido ya materia de anteriores columnas. Lo que me interesa rescatar, como en la historia política de Chile, fechas simbólicas, dan inicio, o abren vías para encauzar el proceso social.

Es el caso de año 2019, a partir del 18 de octubre, es como si el año recién hubiese iniciado allí. Los complejos procesos desencadenados por el “estallido social”, han prolongado el mes de octubre más de 70 días. Y para muchos, implicará que el año 2019 recién concluirá en abril de 2020, con el plebiscito.

Vivimos momentos de tensión histórica, característicos de los cambios de ciclo. Estamos llegando al término de la transición a la democracia. En efecto, lo que se supone había ocurrido en los 90, realmente va a ocurrir, con el fin de la constitución de Guzmán y Pinochet. Son tiempos que generan incertidumbre, pero a la vez, son fuente de una energía muy potente, que surge de las movilizaciones sociales. Es la energía necesaria, para dejar atrás el viejo mundo, las viejas formas. De algún modo, la idea de que nazca un nuevo Chile, una nueva sociedad, con el proceso constituyente, es lo que une a los distintos cambios de ciclo histórico. Desde nuestra independencia del imperio español, hasta nuestros días.

El año 2019, también ha sido en lo personal, un año de definiciones, un año para volver a nacer, y volver a creer. Ha sido para mí también el año del cambio de ciclo. Tanto en el plano laboral, donde dejé el empleo público que serví por 26 años. Como en el plano personal, donde pasé a la soltería después de 28 años. Pero también en el político, donde renuncié  al Partido Socialista, después de 24 años de militancia.

La sensación de libertad que se experimenta, cuando se toman decisiones en el plano personal, es invaluable. De alguna manera todas las mencionadas, tienen una matriz o un origen común, son fruto de una reflexión profunda y prolongada.

Nuestra historia como seres individuales, y como miembros de un colectivo, se entrelaza, en relaciones complejas. La mejor comprensión de estas relaciones que se están dando hoy en nuestra sociedad, es lo que nos permitirá alcanzar el mas alto grado de felicidad a la que podemos aspirar.

El año 2019, nos muestra como la forma en que veíamos y comprendíamos la realidad, era una forma sesgada, parcial. Aprendimos que las fracturas sociales y económicas, han producido heridas en el alma nacional, que debemos sanar entre todos. El año 2019, demostró en Chile, que la división del espectro político entre derechas e izquierdas, ya no da cuenta de la realidad. El surgimiento de una multiplicidad de voces, no representadas por los partidos tradicionales, llevó a una obsolescencia no programada a casi todo el espectro conocido.  El tema medioambiental, el tema de género, derechos de los primeros pueblos, deben ir de la mano con una visión de desarrollo, integral, y territorialmente descentralizado.

Para que podamos iniciar este nuevo camino, con plena libertad y autonomía, debemos dejar atrás las anteojeras ideológicas, propias de la guerra fría que siguen marcando el devenir político de Chile. Es demasiado importante la tarea que tenemos por delante, para detenernos en disputas caudillistas o de pequeña política. Es hora de la mas amplia unidad, para iniciar la construcción de nuestra nueva casa común.

Año 2019, el año decisivo.

Soy Ernesto Sepúlveda en “Crónicas de la Patagonia”.

Punta Arenas, Lunes 30 de diciembre de 2019.