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VOCACIÓN, ENTREGA, SACRIFICIO Y AMOR A LA PATRIA

Hernán del Carmen Francisco Merino Correa nació el 17 de julio de 1936 en Antofagasta, segundo hijo del matrimonio del Capitán de Carabineros Carlos Merino Charpentier y Ana Correa de la Fuente. En total fueron cuatro hermanos, junto a Carlos, Ana María y Cecilia.

Luego de vivir en Valparaíso, a comienzos de la década de 1940, la familia Merino Correa se radicó en la ciudad de Limache, donde Hernán pasó gran parte de su infancia y adolescencia.

A los seis años, ingresó a primer año de preparatoria en la Escuela Superior de Hombres N°92. En 1948 terminó la primaria e ingresó al Liceo co-educacional “Abraham Vera Y.”, recientemente creado, finalizando sus estudios secundarios en el Liceo de Aplicación. 

En 1955 ingresó a la carrera de Técnico Mecánico Industrial de la Universidad Técnica del Estado, estudios que congeló para preparar los exámenes en su proceso de postulación a la Escuela de Carabineros.

Durante el verano de 1956, incluso decidió hacer el servicio militar en el Regimiento “Coraceros” de Viña del Mar. En marzo del mismo año ya ingresaba a la Escuela de Carabineros como Aspirante a Oficial, curso del cual egresó en 1957, con uno de los primeros lugares de su promoción.

Como Subteniente, luego de algunas designaciones dentro de Santiago, en 1960 fue destinado a Santa Bárbara, región del Biobío, lugar donde estuvo para el terremoto del 22 de mayo de ese año, en que le correspondió prestar apoyo y ayuda a la comunidad.

En ese mismo año, además, cayó un camión al río Mininco, donde se encontraba una madre y su hijo. Merino inició la búsqueda que cubrió hasta la desembocadura del Biobío. Aferrados a un tronco, en medio del cauce, vio a los sobrevivientes y, sin dudarlo, se lanzó a las aguas rescatando a ambos sanos y salvos.

En abril de 1961 ascendió a Teniente y volvió a Santiago, por menos de un año. En febrero de 1962 fue trasladado a la Prefectura de Aysén, donde realizó sus servicios en Coyhaique y Puerto Aysén.

En esta última destinación le correspondió socorrer a los tripulantes de un avión de la Fuerza Aérea que se accidentó en junio de 1963. Organizó patrullas de rescate y fue el primero en llegar al siniestro. Junto al piloto civil, Ernesto Hein, logró rescatar al único sobreviviente al que Merino condujo sobre sus hombros durante ocho horas de marcha.

En 1964 comenzó un nuevo desafío en Chile Chico y, al año siguiente, estuvo al mando de la Tenencia Cochrane.

En octubre de 1965 es enviado junto a una patrulla de Carabineros a cargo del Mayor Miguel Torres Manríquez, Comisario de la 2a. Comisaría Coyhaique, a la zona fronteriza de Laguna del Desierto.

El 6 de noviembre de 1965, cuando los carabineros se disponían a retirarse de la zona, por el acuerdo entre el mandatario chileno, Eduardo Frei Montalva, y  su par argentino, Arturo Ilia, un grupo de niños que estaban a su cuidado les avisó de la presencia de gendarmes argentinos en número muy superior a los cuatro carabineros que quedaban en ese momento en el lugar.

El Mayor Torres, desarmado, avanzó hacia ellos con las manos en alto y pidiendo hablar con el jefe argentino. Merino entonces tomó un arma y ordenó al Sargento 2º Miguel Manríquez hacer lo mismo con el fin de ponerse al lado de su jefe y cubrirlo. Cuando ello ocurre, hieren de muerte al Teniente Hernán Merino Correa y dejan gravemente herido al Sargento Manríquez.

Su heroico actuar en estas circunstancias llevó a su ascenso póstumo al grado de General de Carabineros y la entrega de la Condecoración Premio al Valor otorgado por el Presidente de la República en 1966.

Fue el héroe chileno del siglo XX, quien entregó su vida por nuestro país, dando ejemplo de vocación, compromiso, valentía y honor.