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TRABAJO Y CRECIMIENTO por ERNESTO SEPULVEDA

Con fecha 08.03.2017 por iniciativa de las diputadas comunistas Camila Vallejos y Karol Cariola, se introdujo la moción parlamentaria detallada en el Boletín 11179-139, que en lo sustantivo, pretende reducir la jornada semanal de trabajo, desde el actual límite de 45 horas, a un nuevo límite de 40 horas semanales.
Como era de esperarse, los sindicatos y centrales de trabajadores adhirieron con entusiasmo a esta iniciativa. Y por su parte los gremios empresariales, expresaron su rechazo argumentando razones de productividad y riesgo de desempleo, y quiebra de empresas de menor tamaño.
El proyecto en cuestión, motivó incluso las mofas de parlamentarios de derecha, y en general, nadie se tomó muy en serio la iniciativa, la que no formaba parte de la matriz de compromisos programáticos del gobierno de Michelle Bachelet. Sin embargo, al cabo de un año de ingresado el proyecto, fue sumando adhesiones de los partidos de la ex Nueva Mayoría, y del Frente Amplio, formándose una bancada transversal por las “40 horas semanales”.
Al día de hoy, el proyecto en cuestión ha tenido un importante avance, logrando su aprobación en la comisión de trabajo de la Cámara de Diputados.
Qué establece este proyecto?
ARTÍCULO ÚNICO.- Introdúzcase las siguientes modificaciones al Capítulo IV del Libro I del Código del Trabajo:
1.             Al artículo 21, inciso primero:Elimínase el adverbio “efectivamente”.
2.             Al artículo 22, inciso primero:Sustitúyese la palabra “cuarenta y cinco” por “cuarenta”.De transformarse en ley, este proyecto, el artículo 21 del Código del trabajo quedaría así:
Art. 21. Jornada de trabajo es el tiempo durante el cual el trabajador debe prestar sus servicios enconformidad al contrato.Se considerará también jornada de trabajo el tiempo en que el trabajador se encuentra a disposición del empleador sin realizar labor,por causas que no le sean imputables
En tanto, el inciso 1° del artículo 22 quedaría así:Art. 22. La duración de la jornada ordinaria de trabajo no excederá de cuarenta horas semanales.

FUNDAMENTO DEL PROYECTO:
Las autoras del proyecto de reducción de jornada de trabajo, sostienen              que el mismo, tendría  la virtud de reducir la pobreza, la inequidad, o mejorar las condiciones de vida de vastas masas de asalariados.
Se hace referencia a las reivindicaciones históricas del movimiento sindical y de trabajadores, dentro del que se plantearía siempre, contar con jornadas de trabajo menos extensas, para disponer de tiempo para el descanso, el esparcimiento y la vida familiar.
Se acompaña a la presentación del proyecto una serie de cifras donde se compara Chile con Holanda, en cuanto a población, al PIB, y al número de horas trabajadas. Lo que expresan de la siguiente forma:
Por todo esto, los abajo firmantes creemos que es necesario modificar la realidad de los trabajadores y seguir los pasos de otros países de la OCDE. Estos países tienen un rendimiento productivo alto y una jornada de trabajo reducida, se trata de Holanda, Dinamarca, Alemania, Suiza y Suecia con 29, 33, 35, 35 y 36 horas respectivamente. Esto es evidencia de que no hay una correlación efectiva o vínculo causal entre jornada de trabajo y nivel de productividad: si tomamos y comparamos el caso de Holanda y el caso chileno, vemos que Holanda tiene una población de 16, 85 millones de personas y en Chile es de 17,77 millones de personas, pero el PIB del primero es de $869,5 mil millones de dólares y el chileno es de $258,1 mil millones de dólares, donde la población económicamente activa es de 8, 97 millones en Holanda y de 8,59 millones en Chile. Vemos que existe una diferencia de $611,4 mil millones en el PIB, existiendo una jornada de trabajo máxima de Holanda de 29 horas semanales y en Chile de 45 horas por semana,”

Siendo absolutamente loable el propósito de reducir los niveles de desigualdad en la distribución del ingreso en Chile, y por supuesto mejorar las condiciones de vida de la gran masa trabajadora. No puede dejar de mencionarse, que las cifras y datos que acompañan a modo introductorio, el proyecto de ley en comento, aparecen como  sacadas de contexto.
O al menos, la relación causal anunciada entre la mera reducción de la jornada de trabajo, y el aumento de la productividad, aparece como muy forzada.
Sin negar la pertinencia de reducir la jornada de trabajo, se debe propender a que esta iniciativa se enmarque en una estrategia más amplia, para mejorar la productividad e incentivar el crecimiento económico.
Se extraña en esta discusión, la necesidad de emplear parte del tiempo de reducción de la jornada en la incorporación de valor al capital humano. Debe incorporarse inversión en ID, formación y preparación de los nuevos trabajadores para modalidades de teletrabajo, interacción con IA, que reemplazará tareas repetitivas, y optimizará tiempos de atención de clientes, y entregas.
No se ha estudiado suficientemente el impacto en la mype.
En Chile existen más de 1,5 millones de micro y pequeñas empresas, que representan el 95,5% de las empresas del sector formal y aportan con el 49,3% del empleo.
Las Micro y Pequeñas Empresas  presentan realidades muy diversas. Desde empresas de una sola persona – trabajadores por cuenta propia – a empresas de 49 ocupados. La Micro y Pequeña Empresa en Chile está presente en casi todos los sectores de actividad económica, sin embargo, el sector terciario del comercio, restaurantes y hotelería es el que predomina por una gran diferencia. En menor medida, está presente en la enseñanza, la minería y la electricidad, gas y agua.
Las micro y pequeñas empresas, son altamente sensibles tanto al alza del ingreso mínimo, como a la jornada de trabajo. Algunos expertos  estiman un aumento de un 12,6% del valor de la hora de trabajo. Si eso no va aparejado con un aumento de productividad, muchas mypes van a tener que traspasar a costos el mayor valor, con la consiguiente pérdida de competitividad.
 Los sectores más afectados por la reducción de jornada, aparte de las mypes, será el sector agro exportador, el cual en tiempos de cosecha, con frecuencia debe extender sus jornadas de trabajo, para procesar en packing la fruta cosechada.
Asimismo, se verán afectadas las plantas de proceso de productos del mar, que se procesan vivos, ya que los requerimientos propios del producto elaborado, obligan a procesar todo el recurso sin interrupción.
El impacto en el sector turismo, será muy importante, particularmente en zonas, como Magallanes, en que la temporada dura sólo algunos meses del año. Nuevamente, es muy importante considerar la situación de las micro y pequeñas empresas del sector, que en su mayoría no cuentan con holguras financieras, para asumir el costo de contratar más personal, para realizar las mismas actividades.
Es totalmente deseable reducir la jornada de trabajo en Chile. Existe consenso transversal de derecha a izquierda, en esto. Pero  a mi juicio para que esta modificación sea provechosa para todos debe incorporar:
-Gradualidad, para que las empresas de menor tamaño puedan planificar en el mediano plazo, su reorganización.
-Un programa especial de SENCE de formación de capital humano en las micro y pequeñas empresas. Preparando al sector para incorporarse a la nueva economía. Interacción con la Inteligencia artificial, trabajo a distancia empleando nuevas tecnología de comunicación.
-Un programa especial de apoyo de Corfo y Sercotec, para el desarrollo de nuevos negocios relacionados con la revolución digital, en el sector mypes.
– Se requiere, incluir una óptica integral en el análisis del trabajo humano, y su aporte al producto interno bruto del país. El establecimiento de nuevas formas de contratación, como el trabajo a distancia, reducción de jornadas de trabajo e incorporación de nuevas tecnologías: Debe ir aparejado de la discusión acerca de la distribución de los ingresos.
La nueva economía, va a requerir una mayor inversión estatal y privada en Investigación y Desarrollo. Esta mayor inversión, debe considerar incentivos para a reconversión de trabajadores. Asimismo, compensaciones económicas, para quienes saldrán del sistema productivo.
No se puede centrar la discusión acerca de la jornada de trabajo, en una relación lineal con el aumento del PIB, y nuestra entrada al anhelado desarrollo económico. Mejorar las condiciones materiales de vida de las grandes masas asalariadas, es un objetivo imprescindible para cualquier gobierno. Hacerlo consiguiendo además mejoramientos de productividad, requiere de adoptar medidas como las sugeridas anteriormente.
Lo último que un país en vías de desarrollo necesita, es que los actores sociales y políticos, se nieguen a llegar a acuerdos en estas materias, solo por razones ideológicas. Hemos sido galardonados una y otra vez, como uno de los países con una de las peores distribuciones del ingreso en todo el mundo. Salir de ese listado de la infamia, requiere el aporte y el compromiso de todos.
Amigos y amigas, soy Ernesto Sepúlveda, y estoy convencido que podemos construir un gran acuerdo por trabajo y crecimiento en nuestro país.

Punta Arenas, lunes 12 de agosto de 2019.-