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«..No, no no nadie te olvida Manuel Rodriguez de tu silencio nacen violetas..»
canta Daniel Viglietti

Quiero hablar de la fraternidad, un valor del que algunos sindicalistas carecen – sobre todo en las organizaciones de nivel mayor – toda vez que la competencia por hacerse de más socios y querer instalar criterios y propuestas (aunque sean contrarios a los más puros intereses de la clase) lleva muchas veces a minimizar a otros, cuando no a descalificarlos. Todo vale cuando se trata de coger agua para el molino propio y es ahí cuando la corrupción comienza a desarrollarse.
Vamos abrazándonos hasta con el adversario de clases, si eso implica espacio en los medios y la difusión del ideario, vamos consiguiendo cupos en la delegaciones que en representación del gobierno van a encuentros internacionales, bienvenidas los recursos económicos que tal o cual proyecto genera, aunque no se ocupen en educar y formar a la clase para su lucha.
Mucho se habla de la crisis del movimiento sindical, aquí hay expuestos algunos de los elementos que han generado esta crisis. Quienes hacen esto ya no creen en los trabajadores, sólo los utilizan para su beneficio. No conocen lo que es la fraternidad.
La fraternidad es definida como «afecto y confianza propia de hermanos o de personas que se tratan como hermanos» y sin lugar a dudas es un valor que debiera cultivarse y difundirse, porque quienes hacemos parte de la clase trabajadora – no solo en el discurso sino también en la acción permanente – no podemos dar pasos en falso, ni podemos ser fraternos y amistosos solo cuando nos conviene. Siempre fraternos es la tarea.

2.- Fraternidad es estar al lado de aquel que fue golpeado y dañado, acercarse y ofrecer respaldo y apoyo, escuchar atentamente y hacerse parte de las denuncias fundadas si los hechos lo ameritan. No es fraterno el que livianamente llama a esconder la basura bajo la alfombra, ni tampoco aquel que se quedó silente mirando desde lejos, esperando que la tempestad pase, sin expresar sentimiento alguno al que está siendo golpeado.
Podría decirse que solo en momentos así se encuentra a los verdaderos compañeros, aquellos con los que estaremos en algún momento en el mismo camino. La educación, la organización y la lucha de la clase trabajadora.
Los demás ni son fraternos ni son compañeros. Gracias por tu visita hermano.