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HA LLEGADO CARTA

Esta semana quedó marcada por la llegada a Chile de la presidente Michelle Bachelet. Los medios y los comentaristas políticos de inmediato comenzaron a especular, acerca de si existiría algún gesto o declaración, sobre el plebiscito. Su primera referencia al particular, la dio en una entrevista, incluso antes de aterrizar en Chile. En esa ocasión sobre la propuesta de nueva constitución, señaló que le traía a la memoria, a Pablo Milanés, porque “No es perfecta, pero se acerca a lo que yo siempre soñé”. Aunque la presidenta Bachelet haya dejado el poder hace ya cuatro años, al parecer, su imagen sigue muy fuerte en la memoria colectiva. Eso explicaría el revuelo inmediato que esa simple frase produjo, en el comidillo político santiaguino. Como es obvio los medios corrieron a preguntar al presidente Boric, que le parecía la declaración, y si existiría algún acercamiento con Michelle Bachelet. Afortunadamente, para la estabilidad política del país, quedaron atrás y en el olvido, quienes animaban un distanciamiento del gobierno de Boric, de la centro izquierda, y de los gobiernos anteriores. Habrá quienes atribuyen este cambio de actitud, a un frío y acerado pragmatismo, pero más bien se trata de la cuota necesaria de racionalidad política. Aquella que permite sumar fuerzas, y construir más allá de las filas de los incondicionales. En el caso del presidente Boric, se ha esmerado en realizar toda clase de gestos de amistad cívica con la centro izquierda.  Y en el caso específico de la presidenta Bachelet, ha cultivado una cercanía, que le permite hoy, reconocer sin complejos, que le interesa mucho recibir su consejo. Pues bien, en esta visita a Chile, no sólo se concretó un encuentro de más de dos horas, sino que se ha generado una relación de complicidad, que permitió al presidente Boric, declarar, que habían cantado a Pablo Milanés. Una referencia indirecta, al tema del plebiscito, que, según rigores establecidos por la Contraloría general de la república, el gobierno debe inhibirse absolutamente.  Resulta insólito, que, al gobierno, cuya actividad es eminentemente política, se le impida emitir opinión, sobre el aspecto más importante para la organización del estado y la sociedad.

Se comprende en todo caso, el exceso de celo contralor, conociendo el cúmulo de irregularidades ocurridas en aquel otro plebiscito, el del 88´, que permitió reconquistar la democracia. Pero hoy no estamos en dictadura, ni tenemos el riesgo de perder la vida o la libertad por expresar las ideas.  Por ello, creo que se exagera en demasía con las restricciones al aparato del estado, que es el único que tiene presencia en todo el territorio nacional. En la votación más importante, y donde se define nada más ni nada menos que la estructura del estado, y las condiciones de un nuevo pacto social, se requiere máxima difusión, para un voto efectivamente informado.

Quien tiene absolutamente clara, la relevancia del plebiscito, es precisamente la presidenta Michelle Bachelet, quien para que no quedara ninguna sombra de dudas, hizo explícito su pensamiento, a través de una carta pública, fue a través de su fundación “Horizonte Ciudadano”, que la dio a conocer, y en ella expresa una idea de continuidad en el proceso social y político de Chile, que, a mi juicio, reivindica una historia, que no parte ni en 2006, ni en 2011, ni en 2019.  Porque en sus palabras, “A la distancia es posible ver con otra luz lo que somos, la patria que hemos ido creando por generaciones. Chile es la realidad que hemos construido juntos, con deudas y aciertos, con trabajo unitario para hacer frente a los desafíos.” Los chilenos y chilenas “tienen en sus manos la decisión, como antes cuando derrotaron al dictador, como ayer cuando demandaron dignidad”.  Consciente de cómo serían leídas sus palabras, cómo serían interpretadas, la presidenta le habla a ese gran universo, que siente que se necesitan cambios, pero tiene temor o incertidumbre. “No tiene sentido temer a nuestras diferencias, al debate legítimo, aquel basado en hechos y respeto, mediante el cual se sostiene cualquier acuerdo durable”.

La presidenta concluye, manifestando su confianza en que Chile tendrá una nueva constitución “porque es lo que la ciudadanía pide y necesita”, pero agrega un elemento que es fundamental, para dar tranquilidad a los indecisos, y a los temerosos. Señala que esto “Lo haremos con responsabilidad avanzando con acuerdos que llegarán inevitablemente”, y “Será tarea de las fuerzas políticas estar a la altura de la oportunidad irrepetible y lograr una buena implementación de las transformaciones y acordar las correcciones necesarias”.

Reconozco que las palabras de la presidenta Bachelet, me llegan de una forma especial, ya que tuve el privilegio de servir en su gobierno, aparte de eso, creo que interpretan el sentir de muchas personas. Porque el deseo de tener una vida mejor, no es patrimonio de un solo grupo, ni de un solo partido o coalición política, sino que nos involucra a todos. Como fácilmente se desprende de la declaración de la presidenta, incluye también a los que piensan distinto. Y no hay que tener miedo a las diferencias de opinión, siempre que se expresen sobre la base de la verdad y en la forma adecuada.  La presidenta Bachelet le dio un tremendo espaldarazo a la opción apruebo en el plebiscito, porque puso en palabras sencillas, lo que los expertos constitucionalistas, y las consultoras de opinión, expresan en difícil. La nueva constitución abre las puertas para avanzar hacia un nuevo pacto social, y las fuerzas políticas son responsables de generar los acuerdos, para implementarlo, y para hacer las correcciones que sean necesarias.

Con una claridad y una generosidad que habla muy bien, de su compromiso con Chile la presidenta Bachelet hizo con su carta, lo que todo líder debe hacer, no rehuir de las decisiones, no temer a definirse. Fiel a su historia, se la jugó con claridad y transparencia, y de ese modo, brindó un apoyo decisivo al presidente Boric, atrapado en la maraña burocrática que le impide trabajar abiertamente por la nueva constitución.

Ernesto Sepúlveda Tornero