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CONVIVIR EN PAZ por ERNESTO SEPULVEDA

Amigos y amigas.

La semana que pasó, nos trajo nuevamente a la memoria, el golpe cívico militar que derrocó al gobierno del presidente Salvador Allende. Han transcurrido  ya 46 años, desde aquel fatídico 11 de septiembre de 1973. Una verdadera tragedia histórica, que ha marcado el siglo XX en nuestro país, y a varias generaciones de chilenos y chilenas, que sufrieron la persecución y las violaciones a los DDHH, o bien, que participaron activamente en la represión, o tuvieron cargos de gobierno durante la dictadura.

Avanzadas las primeras dos décadas del siglo XXI, las nuevas generaciones de compatriotas merecen vivir en una sociedad abierta, libre, democrática, inclusiva, tolerante.

Los adultos no hemos hecho lo suficiente para construir ese país en paz, que crece sobre la verdad y la justicia. No solamente subsisten  profundas divisiones políticas, sino que, lo que es mas grave, ha surgido una perniciosa corriente de “negacionismo histórico”.

Personas con educación e información, negando conscientemente, la planificación del horror, con crímenes de lesa humanidad, desde 1973 a 1989. Lo que se encuentra probado y respaldado con evidencia y datos científicos.  Es un símil perverso, con movimientos neo nazis y neo fascistas que niegan la existencia del “Holocausto” donde se masacró millones de personas, por ser judías.

Una sociedad no prospera, sin una base de verdad y justicia, sin la existencia del compromiso de no repetir los horrores del pasado. Es mucho o que nos falta aún por avanzar. Y nuevamente la neutralidad, el “no me gusta la política”, “soy apolítico”, es totalmente funcional al ocultamiento de la verdad. A intentos por disimular o atenuar las responsabilidades. Sobre todo de los civiles que protagonizaron el golpe de estado, junto a los militares. Personas, muchas de las cuales, labraron su fortuna, gracias a as granjerías y privilegios, que el dictador brindaba a su séquito.

Tenemos hoy día, la responsabilidad de construir la paz sobre la base de la verdad. Queremos que nuestros niños y jóvenes tengan a oportunidad de convivir, sin  odiosidades, sin sesgos ni vetos de ningún tipo. Para eso se requiere conocer nuestra historia.

Lamentablemente el gobierno de derecha, formado por varios colaboradores, promotores y defensores del dictador Pinochet, está impulsando la eliminación de las clases de historia a nuestros jóvenes. Establecer como optativa esta asignatura, es un intento por ocultar la realidad, ocultar la verdad. Es el primer peldaño, para negar todas las atrocidades protagonizadas por este mismo sector político.

Sobre la base de la ignorancia, de la falta de información, o por la información falsa propalada por medios de prensa afines, las dictaduras logran controlar a la población. En democracia, no estamos a salvo de los intentos de manipulación de los hechos, para cambiar la visión que tenemos del pasado.

La democracia se defiende con verdad, y es sobre la base de una convivencia basada en la verdad, que surge la paz, la concordia, o la posibilidad de construir acuerdos que nos permitan avanzar.

Y los avances civilizatorios, se consiguen así, con respeto por la verdad, con la aceptación de diferencias, sobre la base del respeto de los derechos inalienables de la persona humana.

En septiembre de 2019, no podemos dar nada por sentado. Debemos ser capaces de defender nuestra convivencia, hacer esfuerzos por la paz. Que las expresiones sociales y políticas, persigan por sobre todo el bienestar general. Este bienestar solo puede existir  si podemos vivir y desenvolvernos en paz.

Todas estas ideas, que parecen tan obvias, una verdadera perogrullada. No son aceptadas por todos. También existen grupos, afortunadamente minúsculos, que pretenden destruir la convivencia en sociedad. Expresión de esto, son los grupos ultra nacionalistas, o proto fascistas, que promueven el racismo, la homofobia y la restricción de libertades.

En Magallanes no estamos exentos de vivir este flagelo. Acá hemos podido ver en acción a un reducido grupo, de no más de 5 o 6 personas, que fueron capaces de frustrar una movilización pacífica.  Hay quienes señalan que serian anarquistas. Me inclino a pensar que se trata sólo de lumpen, o delincuentes infiltrados.

Es tal el despropósito de estos individuos, que terminaron golpeando a los propios participantes en la marcha, entre ellos al secretario regional del Partido comunista.

Conservar nuestra convivencia en Magallanes, es tarea de todos, y ojalá sea un compromiso de los candidatos, con miras a las elecciones de gobernador regional. Todos debemos velar por nuestro modo de vida,  para ello requerimos, no solo garantizar  los recursos para vivir y desarrollarnos en el austro. También necesitamos conservar nuestra característica de tierra de inmigrantes y soñadores, de hombres y mujeres valientes, que con lealtad y coraje construyen un hogar mejor para nuestros hijos.

Amigos y amigas, soy Ernesto Sepúlveda, y espero que con el trabajo de todos podamos erradicar el negacionismo, la ignorancia,  y la intolerancia, de nuestra tierra.

Punta Arenas, lunes 16 de septiembre de 2019.-