La reciente revelación de un reportaje periodístico del canal CHV, expuso el rol que juega en la política chilena, el uso de las redes sociales para difundir mentiras, y para atacar en la forma de jaurías virtuales a los adversarios políticos. Quizás lo que allí se sostiene, lo sabíamos todos al ver nosotros mismos, la proliferación de cuentas sin rostro, que tienen por nombre un número, alguna efeméride, o alguna mención animalesca. Lo más alarmante del reportaje en cuestión, es que sindica como gestor de una de estas campañas, a un ahora ex director de Canal 13. Medio de propiedad del magnate chileno Andrónico Luksic. El ejecutivo en cuestión presuntamente actuaba bajo el alias “Patito Verde”, se vertieron en redes sociales, acusaciones de diverso tipo, imputaciones falsas o derechamente injuriosas. Su centro estaba en el presidente Boric, en miembros de su gabinete. Candidatos y candidatas del progresismo, y más recientemente la candidata presidencial del progresismo Jeanette Jara y la candidata Evelyn Mathei. Coincidentemente, hace menos de un mes, la candidata conservadora denunció que era víctima de ataques coordinados de cuentas bots, que difundieron nada menos que ella padecía una enfermedad tan delicada como el Alzheimer. Digamos las cosas por su nombre. Es el uso de la mentira como recurso político. Y no parece casual ni azaroso, se evidencia un sistema
orquestado para demoler las opciones contrarias. Viene a la memoria el manual aplicado hoy en día por el sector ultra conservador en todo el mundo. Bajo ropajes tecno futuristas, son los viejos principios del ministro de propaganda de Hitler, Joseph Goebbels. Su lectura, nos permitirá identificarlos con facilidad en el discurso y la práctica política actual.
¿Cuáles son estos?
1.- Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único Símbolo; Individualizar al adversario
en un único enemigo. Ejemplo de esta idea única, es plantear que lo único que importa es el combate a la delincuencia.
2.- Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo.
3.- Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos.
4.- Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
5.- Principio de la vulgarización. Toda propaganda debe ser en lenguaje popular que sea entendida fácilmente.
6.- Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. El discurso monocorde sobre la delincuencia y la seguridad, responsabilizando en todo momento al adversario.
7.- Principio de renovación, conocido también como de saturación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
8.- Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
9.- Principio de la silenciación. Acallar y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contrarrestando con la ayuda de medios de comunicación afines.
10.- Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
11.- Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.
Respecto del caso de canal 13, y el denominado “Patito Verde”, confirma su influencia, el que, con su salida por renuncia voluntaria, se haya desencadenado una profunda reestructuración de las principales áreas del canal.
Consultado en una entrevista el candidato Kast, se limitó a retrucar, que la mentira era propia de la izquierda, y deslizó: “Acaso tendrá algo que ver un periodista de apellido Jara que trabaja en ese canal, y será que ese periodista es hermano de Jeanette Jara?, ahí se las dejó”. Horas más tarde el canal CHV emitió un comunicado desmintiendo que el mencionado periodista tuviera alguna relación o injerencia en el área de reportajes. Hecho ratificado por el equipo de periodistas que realizaron la investigación de redes sociales, y dieron con la identidad de “Patito verde”.
Hemos visto a muchos analistas, e incluso recientemente nada menos que al presidente del Senado, Manuel José Ossandon, alabar el gran manejo comunicacional del candidato oriundo de Paine. Su destreza para instalar su propia versión de los hechos, su habilidad para invisibilizar a la candidata del sector conservador con quien compite.
Visto como fenómeno de las redes sociales y medios de comunicación afines, es indudable que inicialmente logró transmitir una imagen de triunfo, de poderío mediático sin parangón. Sin embargo, la denuncia que lo vincula con el uso de una maquinaria tecnológica destinada a difundir fake news en redes sociales, y más específicamente a atacar sus adversarias políticas, se va a sustanciar en tribunales de justicia. Se ignora hasta qué punto le va a afectar electoralmente, pero hay señales. Las mediciones de esta semana, arrojan su caída en cuatro o cinco puntos y la subida de doña Evelyn, que le permite llegar a una diferencia con su adversario, que estaría en el margen de error.
Según ChatGPT “El bot es un programa informático diseñado para realizar tareas de manera automática, sin necesidad de que una persona esté controlándolo todo el tiempo. La palabra viene de “robot”, y en el mundo digital se usa para describir aplicaciones que pueden interactuar, responder, buscar información o ejecutar acciones siguiendo ciertas instrucciones.” Las víctimas de ataques en redes sociales no sólo han sido adversarias políticas sino también periodistas, a quienes se intenta acallar o castigar por sus investigaciones. Se viene usando este recurso desde hace tiempo en campañas políticas, se vio en las pasadas elecciones de Estados Unidos, en Argentina, en Brasil. Es primera vez que es noticia y está en el tapete público, el rol del dinero y el poder de los grandes medios, cuando se asocia como en el caso de la denuncia, con las campañas maliciosas o derechamente falsas.
Las ideas políticas por radicales y descabelladas que puedan ser, tienen acceso a la tribuna pública en Chile, existe plena libertad de expresión y de discusión. No existe razón válida para recurrir a artificios tecnológicos para intentar sacar del camino a las adversarias. Esas son malas artes, triquiñuelas que una vez conocidas no hay como ocultarlas. Es hora del debate de ideas, el discurso vacío de los eslóganes y las frases hechas, solo producen fastidio. Lo
que hace una semana brillaba como el oro, y era carta segura de triunfo, despierta hoy un creciente rechazo. De la odiosidad y la inquina, no se hacen buenos gobiernos. Y al final del día, incluso los poderes económicos, incluso los más ricos, se verán afectados si esta forma de hacer política se entroniza. No se hace buenos negocios, en un ambiente de desconfianza, no se crea riqueza ni genera empleos desde una trinchera, sea del color que sea.
Finalmente, el espectáculo indecoroso que ha dado hoy un sector político radical, es un aviso a las fuerzas democráticas, incluso del sector conservador, la democracia debe resguardarse, debe cultivarse siempre un clima de respeto en la discusión pública. La degradación del adversario, es la antesala de atrocidades que ya conocimos en nuestra historia, y que no estamos dispuestos a volver a vivir. Ojalá que, de este episodio funesto, se saquen conclusiones y la firme determinación de tener una campaña limpia, Cuando muchos la daban por muerta, retoma nuevos aires doña Evelyn, y no sería extraño que en los últimos cien metros, eche por tierra la celebración anticipada del sector extremo. La posibilidad de que la segunda vuelta presidencial se dispute entre dos mujeres que parecía una locura hace una semana, ahora no es tan descabellado.
Esperemos que se dejen de lado los discursos de odio, la animosidad, los ataques personales, los agravios, y se pongan ante el país las ideas concretas, los programas de gobierno. Y sea el pueblo el que decida, sin influencias del dinero ni de los bots que quieren entrar en la cámara secreta y en las urnas.
Ernesto Sepúlveda Tornero