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ECONOMÍA Y NATURALEZA por ROLANDO MARTÍNEZ

La detención del mundo provocada por la pandemia del coronavirus y que ha obligado a establecer prolongadas cuarentenas repercute a la economía mundial, pero también le da un respiro a la naturaleza.

En este punto en las grandes ciudades ha mejorado la calidad del aire al haber menos tráfico de vehículos, mientras en otros lugares la fauna ha buscado reconquistar antiguos dominios como lo vimos hace unas semanas con jabalíes que buscaban comida en calles de Barcelona o decenas de ciervos descansando en calles de la ciudad japonesa de Nara.

En Chile la fauna autóctona también se ha acercado a las periferias de las ciudades en una señal clara del repliegue de la intervención humana que hoy está preocupada de cuidarse de esta pandemia.

Incluso hay voces en distintos sectores del mundo que advierten que la ocurrencia del coronavirus es un mensaje de la Tierra que ha sido maltratada en su medio ambiente por la acción del hombre.

El monje budista Maitreya, con 79 años de edad y acostumbrado a vivir en aislamiento en los últimos 44 años en Gran Bretaña dice: ‘Veo el presente coronavirus como una advertencia grave de la naturaleza a la humanidad de que tenemos que cambiar la forma en que vivimos ahora en este planeta”, dice.

Y luego agrega que «la raza humana ha creado una civilización materialista que ha traído prosperidad y riqueza masivas al mundo, especialmente a las naciones industrializadas, pero tiene un precio enorme: explotación catastrófica, devastación del medio ambiente, destrucción de la naturaleza. Y finalmente, la naturaleza se vuelve contra nosotros, obligándonos a detener por completo las actividades económicas, industriales y sociales y cerrando el mundo a través de la pandemia».

La periodista, escritora y ecologista Malú Sierra, en entrevista a revista Sábado de El Mercurio, señala que la Tierra reaccionó con esta pandemia para defenderse de los abusos que ha cometido el ser humano.

Sin embargo, por el otro lado está el desarrollo económico que no puede seguir cayendo porque todos necesitamos seguir trabajando para cumplir con nuestros compromisos y lograr ciertos objetivos de vida.

Es acá donde necesariamente hay que detenerse para buscar las mejores fórmulas que permita en cada ciudad desarrollada mantener un saludable equilibrio entre el cuidado del medio ambiente y una economía que no puede detenerse.

En Punta Arenas seguimos con cuarentena por una semana más. Y más de alguien se desespera porque las consecuencias negativas en nuestra economía siguen agravándose, pero también debemos mantener nuestro autocuidado y no agudizar la brecha de más contagiados.

Aboguemos porque pronto se recuperen los 693 magallánicos hasta ayer reportados con contagio, de los cuales 657 residen en la capital magallánica.

Cuando pase todo esto nos necesitaremos todos para levantar la alicaída economía magallánica y no dudo que sacaremos fuerza para salir adelante. Pero también creo que tendremos otra mirada por nuestro entorno natural y deberemos saber mantener ese saludable equilibrio entre economía y naturaleza.