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«..contra el gobierno del hambre nos vamos a levantar todos los trabajadores. .» canta Rolando Alarcon

Atrás quedaron los tiempos de la propaganda constante a la salida y entrada de los sitios de trabajo, las visitas a diversos lugares a entregar material educativo. Las reuniones de evaluación y planificación del trabajo futuro.
No dimos toda la importancia que requería a la formación de nuevos dirigentes, ni profundizamos lo suficiente la capacitación de los que están vigentes. Cual es el resultado?, Desconocimiento de la ley, poca capacidad para confrontar y debatir y una base sindical carente de muchos conocimientos.
El resultado negativo, la carencia de respuestas para revertir tal estado, obedece fundamentalmente a que los actores principales -los trabajadores- han sido mantenidos muchas veces al margen de la discusión.

2.- Los trabajadores -mujeres y hombres- van del enojo a la desilusión. Muchos dejaron de creer en la organización porque solo han sido moneda de cambio y centro del discurso, no así elemento fundamental en el proceso de discusión y rectificación. La corrupción sigue ocupando espacios y no siempre se le encara y sanciona como corresponde.
Es obligación del movimiento sindical y social desplegar los esfuerzos máximos por explicar la verdad al pueblo y desde ahí iniciar el proceso de cambios. La educación de la clase es vital para que está se reconozca en sí misma y luche por lo que le corresponde.
Ese es en primer lugar nuestro objetivo.
Esa es la tarea en la que debemos poner toda nuestra fuerza.
Ese es el compromiso que deberemos hacer en este nuevo Primero de Mayo.
Hacer de la educación de la clase trabajadora una obligación y un compromiso irrenunciable porque de lo contrario no habrá organización firme, poderosa, independiente y autónoma.
Educar a los trabajadores en sus derechos, ya no desde la recitación mecánica del Código, sino que desde la toma de conocimiento de los elementos generales, que junto con educarlos en el diario vivir irán formando la conciencia de clase.
Retomar la historia es vital para evitar la debacle.
Educar a los dirigentes para incentivar en ellos el cariño por la organización, la decisión de proyectarla primero en la empresa, luego en el sector ya sea coordinando con otros sindicatos o constituyéndolos donde no existan y finalmente en la constitución del instrumento mayor que unido en los lineamientos generales, llevará a los trabajadores a la primera de sus victorias.
Eso es lo que nos demanda siempre el Primero de mayo.