contador de visitas gratis

ESTO ES MAGALLANES

Con esta frase, dos conocidos conductores de programas de radio y TV de Punta
Arenas, intentaban explicar a un exaltado candidato presidencial, que en la Región de
Magallanes y de la Antártica Chilena, no se puede venir a decir cualquier cosa, y pretender que
se le escuche en silencio. Seguro pueden encontrar el video en YouTube, es muy ilustrativo de
algo que en los grandes medios de comunicación del centro del país es pan de cada día. Las
figuras políticas hablan de todo y a toda hora en radios y canales de TV, sin filtros de ningún
tipo. Literal, hay candidaturas que son expertos en todo. Titulados en todología, opinan con la
convicción del pastor Soto, sobre cualquier temática. Periodistas y conductores, asienten o
sonríen, aunque se digan las atrocidades más grandes. Ni hablar de las mentiras, que se
pueden propalar sin límite ni control. El caso que comento se originó cuando uno de los
candidatos de apellido alemán, el más joven de los tres germánicos, se explayaba en tono
enérgico ante dos profesionales de Punta Arenas. El encontrón se produjo por su negativa a
enfrentar contra preguntas, ante una evidente contradicción. Por un lado, quiere aplicar pena
de muerte para cierto tipo de crímenes, al mismo tiempo que clama por la liberación de los
condenados por crímenes de lesa humanidad, que cumplen su pena en Punta Peuco. Alzando
la voz con el tono del que está acostumbrado a hacerse oír, o acostumbrado a que le hagan
caso, no entendía la actitud de los magallánicos. Esto es Magallanes, le dijeron, “acá no es
como en Santiago que los periodistas le agachan el moño”. No sé si será la frase más elegante,
seguro que la tensión del momento llevó a expresar las cosas con esa franqueza. La entrevista
en general discurrió con normalidad, y no hubo refriegas mayores. Pero dejó para la
posteridad, este episodio que, de algún modo, permite bosquejar la personalidad de los
liderazgos que compiten. Y tienen toda la razón los conductores del programa, nadie puede
pretender tener la verdad absoluta. En la discusión pública con miras a una elección
presidencial, se permite confrontar a las candidaturas en los aspectos más controversiales de
sus agendas. En los últimos dos debates presidenciales, el de ICARE y el de ARCHI, los
periodistas sí hicieron esta tarea, repreguntaron, confrontaron datos en mano las
aseveraciones o las propuestas. Más de alguno cayó en contradicciones, y en definitiva no dio
respuesta adecuada. Le pasó al otro candidato alemán, por su propuesta de expulsar el primer
año a 330 mil inmigrantes irregulares. En este caso, fue por segunda vez, que la famosa
periodista Soledad Onetto, le pidió claridad sobre una propuesta materialmente imposible de
concretar en un año, ya que serían tres mil vuelos de expulsión y costarían nada menos que
296 millones de dólares. Se puso como ejemplo al presidente que logró expulsar a más
inmigrantes irregulares en un año, que fue el finado Piñera, que sólo logró expulsar a dos mil.
Pero como esto es campaña, y se sigue un antiguo manual, el candidato José, salió del paso
sosteniendo simplemente, que él sí lo va a lograr, y que plata iba a haber para pagar la
expulsión.
Esto es Magallanes le dijeron a un candidato por estos días. Pero ojo porque eso
ocurrió en un programa que se difunde por redes sociales, y en medios independientes. La
misma candidatura entrevistada en un medio escrito afín a sus ideas, contó con la misma
benevolencia y trato afable que en el living de su casa. Lo que nos lleva a pensar, que la baja
calidad de las propuestas políticas, y el escaso rigor de los programas de gobierno, se debe en
parte a que no todos los profesionales de los medios de comunicación, hacen realmente su
trabajo. Aún sucede que las entrevistas son más bien, ejercicios de relaciones públicas, más
que intentos en serio de mostrar a las audiencias el verdadero cariz de las candidaturas. Creo
que hoy en día, sólo los más viejos recordamos a la periodista Raquel Correa, que no era

ninguna radical de izquierda, y sin embargo, hasta las autoridades de la dictadura temían sus
preguntas.
En fin, la suerte está echada, y con escasos días para que los votos entren en las urnas,
sólo resta esperar con tranquilidad el veredicto popular, Es difícil que pueda cambiar la opinión
de los electores en la última hora. Pero nadie tiene clavada la rueda de la fortuna, ni siquiera
quienes figuran como favoritos en las encuestas. Los votantes obligados, que usualmente no
concurrían a votar, son más de un tercio, y pueden elegir o mandar a su casa a cualquiera.
También la campaña parlamentaria llega a su fin, este próximo domingo será la
elección de la mitad del senado y de la totalidad de la cámara de diputados. Con menos
visibilidad y menos recursos de campaña que las candidaturas presidenciales, los
parlamentarios y sus equipos son la verdadera fuerza de tarea del presidente de la República,
ellos concretan o no los planes y programas de gobierno. Cual más cual menos, las
candidaturas presidenciales que más orbitan en la opinión pública, aspiran a contar con un
parlamento favorable. Pero no es para que se hagan ilusiones. En 35 años de democracia, sólo
en una ocasión el ejecutivo contó con mayoría parlamentaria. Fue la presidenta Bachelet en su
segundo mandato, pero fue una mayoría tan efímera que se perdió a menos de tres meses de
la elección, por el fenómeno de los parlamentarios díscolos, que desertaron una vez electos.
Este es un hecho, al igual que la alternancia entre el progresismo y sectores conservadores,
que se viene dando desde 2009.
Ojalá que la anécdota que le ocurrió una candidatura presidencial conservadora en
Magallanes, haya servido de algo. La democracia se fortalece con comunicadores de verdad,
que no temen hacer las preguntas incómodas, y con candidaturas que no las rehúyen. A fin de
cuentas, la historia electoral chilena desde 1990, sólo recuerda a los ganadores. Las docenas
de candidaturas testimoniales que existen y que han existido, pasan a mejor vida sin mayor
revuelo. La elección del domingo 16 no será la excepción, y de allí saldrán quienes se volverán
a enfrentar en diciembre para la batalla final.
Como lo decimos siempre, luchamos para que Chile elija sus gobernantes en
democracia y libertad, y deseamos que esta semana, se produzcan gestos de acercamiento,
puntos de encuentro, imprescindibles para la sociedad que queremos construir.
Ernesto Sepúlveda Tornero