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NO QUEREMOS REYES

Esta semana inició la franja electoral, espacio que años atrás era muy visto y se
cifraban muchas esperanzas en él. Es un espacio obligatorio regulado por ley en que los
canales deben transmitir la propaganda de las candidaturas presidenciales, pero como cada
vez vemos menos TV abierta, sólo la ven los realmente interesados. Con los recursos
tecnológicos que hoy existen, uno de los eternos candidatos a La Moneda, que va por su
quinto intento, innovó generando su video con IA. El otrora joven irreverente Enríquez
Ominami, quiso impactar vistiendo de uniforme y piloteando naves y tanques, a las
candidaturas de la derecha y ultra derecha. Sorprendió, pero el efectismo tuvo corto impacto.
En general la franja es fome, y no aporta nada que ya no se sepa de los competidores. Por lo
pronto los oráculos electorales dan por hecho que pasa doña Jeannette y don José a segunda
vuelta, salvo un grave error o chambonada de última hora, ese pareciese ser el resultado de
noviembre. Y eso de las chambonadas no es chiste, miren que esta semana perdimos la luz del
ministro Pardow. Ya había sobrevivido al intento de poner fin a la concesión de ENEL por los
cortes de energía, pero no pudo sortear el escándalo de las cuentas de la luz. En un tema
relacionado, sólo días atrás el presidente Boric debió soportar un diplomático gesto de
indiferencia de la primera ministra italiana Giorgia Meloni, motivado por una negativa a
reunirse en viaje anterior de Boric. En dicha reunión iban a participar ejecutivos de ENEL
empresa italiana de energía, que como en todo país desarrollado acudieron a su gobierno para
que mediara con el gobierno chileno. En fin, alguien dijo por ahí que no había que culpar a su
sector político, porque “los últimos dos incendios habían sido del socialismo democrático”. No
sé ustedes, pero al menos yo creo que con ese tipo de pequeñas sacadas de cuentas no se
construyen confianzas. Mucho menos, se atrae adhesiones. Atrincherados en un 25-30% de
aprobación que las encuestas le dan al gobierno, da la impresión que varias personalidades
que hoy medran en la cúpula del estado, están hoy en el saludable ejercicio de buscar refugio
para marzo. No es para menos, después de leer una sesuda columna de experto en selección
de la ADP mas conocido por su rol de asesor político ultra conservador. Un análisis sobre los
funcionarios públicos que ha causado escozor por las descalificaciones, si no la leyeron
búsquenla, es muy ilustrativa lleva por título “Parásitos”. Pese a que por una parte su propio
líder ha ratificado esos juicios, expresando que “él habría sido peor”, por otra, han salido a
explicar que se refiere sólo a los malos funcionarios, a los que están de más, los que son la
grasa. Parece que no han reparado en que los funcionarios de la administración central del
estado, de gobiernos regionales y municipios, de los tres poderes, de organismos autónomos
del estado, y el personal de FFAA y de orden y seguridad, superan el millón de personas. Un
segmento muy importante a la hora de ir a rasguñar esos votitos que sirven para llegar la
mayoría en segunda vuelta. Las diatribas frecuentes que acostumbran ciertos políticos, siguen
un manual, no dejan nada al azar. El adversario político se lo ve como un enemigo a
neutralizar. En esa lógica, se ataca incluso a los del mismo corral, la idea es lograr la
hegemonía. Quienes vivimos la dictadura recordamos muy bien el tratamiento a los opositores
políticos, que, dicho sea de paso, se calificaba como tales prácticamente a todo el que no fuera
fanático del régimen. No me refiero a los crímenes y salvajismo largamente documentado, sino
a la violencia verbal y psicológica, un ex miembro de la junta de gobierno fascista trataba de
“humanoides” a quienes luchaban contra la dictadura. A quienes provenían de Perú o Bolivia
les denominaba “auquénidos metamorfoseados”. Entonces, que varios escalones más abajo,
un asesor político trate a los funcionarios públicos de “parásitos”, va por la misma deriva, una
deriva autoritaria que conocimos bien, y nos tomó 17 años derrotarla.

Pero no nos pongamos graves, volviendo a lo de la franja electoral, llama la atención que el
profe Artés, que va por su tercera postulación hoy como independiente, capte igual o mayor
interés, que un avezado comunicador como Enríquez Ominami. Definitivamente parece que la
gente común y corriente prefiere escuchar las ideas de tiempos de la guerra fría de Artés,
porque se muestra tal como es, que ver el enésimo ensayo de egocentrismo que intenta Meo.
El otro espacio que agrada verlo es el de “Maikol”, ósea Harold Mayne Nichols se ve que el tipo
es decente y hasta donde se sabe honesto, lo que es una gran cosa. Pienso como muchos que
la centro izquierda debiera haber buscado una persona así para que representara al sector.
Lamentablemente eso no se dio. Los candidatos más fuertes doña Evelyn y José por un lado
tratando de sacarse votitos, no hay lealtad alguna en este plano, y se ha echado mano hasta
las maniobras más arteras para sacar ventaja. Allí está el episodio de los bots, que incluso salió
en el debate de ICARE, pero más recientemente la invocación al más allá que hizo la secretaría
general de Kast, sosteniendo que Jaime Guzmán apoyaría a José. Un recurso que hirió
sensibilidades sobre todo en la UDI, partido que fundó Jaime Guzmán junto a varios de los
“coroneles” que aun dan vueltas por aquí. Ya parece extraño citar a la ultra tumba para ganar
votos, pero hacerlo con el santo patrono del partido aliado, parece una locura absoluta. Del
candidato Kayser podemos decir, que, a fuerza de repetir sus frases golpeadoras, bien
moduladas, casi como un mantra, se ha ido haciendo un espacio, y ya algunas encuestas lo
ponen pisándole los talones a doña Evelyn. De la franja de Parisi, paso, creo que la ley está
muy mal hecha si permite esa clase de turismo electoral.
El espacio de la candidata del progresismo, yo contrataría a la agencia que lleva la cuenta de la
empresa Wom. Hace falta ese tipo de creatividad, un poco como fue la franja del No, la
historia personal puede ser muy rica, pero esto es una campaña presidencial. La elección no se
da ni al que más lo merece, ni al más buena onda. El fantasma del centenario partido con su
anquilosada estructura, le pesa en exceso, no la deja flotar. Eso alimenta las dudas sobre quien
va a tomar las decisiones, y qué orientación tendría su eventual gobierno.
Esta semana además fue un aniversario más del estallido social. Ya todos tratan de re escribir
lo que nos sucedió como país, pero ese es un análisis que le tocará a los historiadores en unas
décadas más. Sólo decir que de esa experiencia debemos sacar una lección importante, valorar
ante todo nuestra democracia y nuestro estado de derecho. Sin ese marco nada tenemos, es la
única garantía de la libertad y de los derechos fundamentales, y único espacio para crecer y
desarrollarse.
Pero hoy también en otras latitudes existe conflictividad social. Viven sus propios estallidos
sociales Perú, Ecuador, Sudán, Madagascar, y esta semana en el gran país del norte. Los
hechos que se están dando en los Estados Unidos en estos días, con las manifestaciones
multitudinarias NO KINGS, no reyes. Nos muestran que, en el país más poderoso del mundo, el
autoritarismo, el desprecio por los que piensan distinto, por las minorías, el intento de
gobernar más allá de las reglas, socavan el espíritu fundamental que inspiró a los fundadores
de esa nación. Si eso sucede en la democracia más antigua del planeta, que tanto más puede
sucedernos en Chile si escuchamos los cantos de sirena ultra conservadores.
Hacemos votos para que las candidaturas que disputan en Chile la elección presidencial, lo
hagan con lealtad y honestidad, poniendo por sobre todas las cosas el interés de Chile y de su
gente, y no los de un grupo o partido en particular. Que se tolere al que piensa y siente
distinto, en Chile no sobra nadie en la gran tarea de construir una sociedad mejor.
Ernesto Sepúlveda Tornero