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EL DESFONDE DE LA CENTRO IZQUIERDA

Aunque muchos dudamos de su seriedad, se ha confirmado lo que casi todos los estudios de
opinión adelantaron, se ha impuesto la candidata del PC Jeanette Jara en la primaria del progresismo.
Contra lo que racionalmente parecía más conveniente con miras a la elección presidencial de
noviembre, los electores optaron por la candidata que representa la alternativa más polarizante de la izquierda chilena. Seguramente se realizarán sesudos análisis acerca de la debacle de la centro
izquierda, por qué deja de representar a la mayoría del progresismo una opción progresista moderna con un proyecto viable económica y socialmente. Al revés, es insólito que ofertas populistas como alcanzar la igualdad antes de fortalecer el crecimiento económico. O ideas tan peregrinas como que se va a volver a crecer en base a la demanda interna. Un populismo básico que no resiste la confrontación con más de cien años de estudios empíricos y considerando la propia experiencia, que dolorosamente ha tenido nuestro continente. Que hablar de la postura sobre las dictaduras de partido único, de las que el PC chileno, no se ha querido desprender, pese a las documentadas violaciones a los DDHH. En 2021, el socialismo democrático quemó sus naves, para adherir al gobierno del pacto FA/PC, ese gesto sin duda salvó la estabilidad del gobierno, permitió la normalización del aparato del estado, y le está permitiendo al presidente Boric concluir su mandato con un porcentaje razonable de aprobación. Hoy se comprueba el costo político que tuvo para la centro izquierda, haber dado ese paso, en su momento, generoso y justificado en el bien del país. Hoy difícil de entender, dada la indiferenciación con el sector más extremo, y la desafección del propio electorado.
Un triunfo apabullante del PC chileno, es inédito en la historia política de Chile. Pero ojo, la escasísima participación en la primaria, no permite descorchar botellas. Sobre un padrón de 15 millones de electores, el caudal de 820 mil votos obtenidos por Jeanette Jara, no brinda seguridad alguna para la elección de noviembre.
Las posibilidades de que en noviembre sean las candidaturas del sector conservador, las que se
impongan en primera vuelta, se vuelven reales. El sector más moderado del electorado queda
huérfano de representación. La disputa será entre dos sectores polarizados, lo que abre la posibilidad de que surjan otras alternativas para tratar de interpretar a esas personas.
La reducidísima votación obtenida por el diputado Winter, es otro hecho significativo, un castigo
evidente al gobierno, al igual que la votación de la ex ministra del interior, también se puede entender como una sanción a quienes se mostraron más identificados con el gobierno.
El Partido comunista llevó a Pablo Neruda como candidato de la Unidad Popular en 1970, la que
depuso en favor de Salvador Allende, quien fue a la sazón electo presidente de la república. En los
años de reconstrucción democrática, nunca el PC tuvo la candidatura representativa de todo el
progresismo. El escenario es único, y se desconoce si la población chilena, el ciudadano de a pie, ha superado la carga de anticomunismo, presente en la historia política. Finalmente, otro tablero de ajedrez abierto, es la lista parlamentaria. En un conglomerado variopinto, que no ha logrado convocar a un electorado masivo con apoyo indiscutido, la competencia por el parlamento será clave.
Algunos aventuran que el PDC buscará llevar su propia candidatura buscando interpretar al electorado de centro, también se menciona a Marco Enríquez Ominami, el conocido MEO, que podría intentar por quinta vez una candidatura presidencial. Otro posible candidato si logra alcanzar las firmas necesarias, es el dirigente deportivo Harold Mayne Nichols, el cual incluso se piensa que podría presentarse como independiente en la lista de un partido de centro.
Más allá del esfuerzo loable de movilizar al electorado y determinar democráticamente la candidatura progresista, se aprecia una falencia importante. El agotamiento o fatiga electoral es real, incluso los sectores más convencidos no se sienten convocados a concurrir presencialmente a las urnas. El resultado queda marcado por la baja participación, y se abre la interrogante acerca de la independencia que podría tener la candidata Jeanette Jara, de las posturas de la dirigencia del PC, anacrónicas en lo económico y reprochables en el plano internacional. Se ve muy difícil que un
programa de gobierno del sector progresista, sea representado por las propuestas de la candidata
Jara.
El altísimo porcentaje obtenido por la candidata Jara, inédito para una representante comunista, obliga a todos los partidos que adhirieron a la primaria a respaldarla en noviembre. Pero la magra
concurrencia, es una lección de humildad que debiera provocar una profunda revisión, y en especial una auto crítica que le permita al socialismo democrático enmendar su rumbo. La diferenciación de las ideas progresistas, es el único camino para retomar una propuesta de futuro, equilibrada, que ofrezca estabilidad, en un escenario de polarización que inquieta a las personas de a pie, y genera incertidumbre en los actores económicos.
Ernesto Sepúlveda Tornero