contador de visitas gratis

Cuarteto de Chiloé lleva la música clásica a las aulas más australes de Chile

En una agitada semana, el Cuarteto Chiloé, un ensamble de cuerdas de la isla de la región
de Los Lagos, recorrieron miles de kilómetros para llevar la música clásica hasta las aulas
de las ciudades de Puerto Williams y Puerto Natales. A través de sus conciertos didácticos,
talleres y clases personalizadas lograron captar la atención de sus audiencias y
especialmente el cariño de todos los niños y niñas que aprendieron con ellos y se
perfeccionaron en sus instrumentos.
Aterrizaron el domingo 18 de mayo en Punta Arenas para comenzar una agitada semana
de viajes, música, ensayos y mucha pedagogía. Magallanes los recibió con un leve manto
blanco producto de las primeras nevadas y el viento de los siguientes días llevó a
suspender su primer avión hacia Puerto Williams. El día extra en tierra sirvió para afinar
detalles logísticos, conocer la ciudad y ensayar en el Conservatorio de Música de la
Universidad de Magallanes (Umag), donde entablaron los primeros lazos que se
consolidaron más adelante en la semana.
El martes 20 de mayo el tiempo permitió volar hacia Puerto Williams, donde realizaron
tres conciertos en distintos cursos del Liceo Donald McIntyre Griffiths.El instrumento más
grande del cuarteto, el cello de Ariel Sotomayor, no pudo viajar por su tamaño, por lo que
lograron conseguir uno en la ciudad que permitió las presentaciones completas del grupo,
conformado por Natalia Carrillo en viola, Saruy Concha y José Astudillo en los violines,
además de Sotomayor en el cello.
El proyecto es financiado por el Fondo para el Fomento de la Música Nacional, en la
convocatoria 2025 del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. El objetivo fue
descentralizar las actividades culturales, promover la música nacional a través de
actividades formativas y conciertos, donde los integrantes del cuarteto interactuaron con
la comunidad, explicaron las obras y abrieron el espacio para preguntas.
Con la orquesta de Puerto Natales
En la provincia de Última Esperanza los ensayos fueron a diario junto a la orquesta del
Liceo Salesiano Monseñor Fagnano. El director de la orquesta, Ignacio Morales, quien es
además presidente de la Fundación Artes de la Patagonia Austral, cuenta que es la única
orquesta sinfónica que hay en Puerto Natales, la que cumplió 20 años de funcionamiento
este año. Él participó en los ensayos junto al grupo, enseñando el repertorio que culminó
en un concierto realizado en la capilla del liceo el viernes 23 de mayo.
“El trabajo que se hizo con los chicos fue hermoso y es esperanzador porque en
Magallanes cuesta mucho hacer música, hacer cultura. Pudimos lograr un trabajo en

conjunto y así nacen nuevos proyectos e iniciativas. Ellos entregaron experiencia, a
nosotros como profesores y a los niños una experiencia de vida, con dos conciertos y su
primera jornada intensiva de música”, explica Morales.
Luis Ampuero cursa quinto básico en el Liceo Fagnano de Natales y toca el violín. Para él
fueron jornadas muy especiales de aprendizaje, lo que incluyó nuevas canciones para su
repertorio personal. “Nos enseñaron super bien y si toqué bien fue gracias a ellos”,
remarcó Luis con su instrumento en mano.
Otro de los asistentes al concierto fue Claudio Álvarez, quien es inspector del liceo,
además de apoderado de uno de los niños que participaron, alumno de violoncello. “Para
ellos es un logro muy emocionante y gratificante, pienso que tanto para los apoderados,
como para los funcionarios y profesores de cada uno de los estudiantes”, sostuvo Álvarez.
“Se ve el trabajo y el fruto que da el que ellos demuestren ese interés y aprender algo en
tan poco tiempo demuestra también las ganas de superarse y eso es gracias también al
trabajo de los profesionales que vienen a compartir sus experiencias”, complementó.
Al terminar su gira, los integrantes del cuarteto dejaron más que notas musicales:
sembraron inspiración. En una región donde la cultura enfrenta desafíos climáticos y
geográficos, su paso reforzó una verdad sencilla pero poderosa: la música no conoce
fronteras. Y mientras los niños de Magallanes practican sus nuevas melodías, queda la
certeza de que este viaje fue, en realidad, el comienzo de algo más grande.