Múltiples son las ocasiones en que el ciudadano común expresa a voz en cuello que la justicia en nuestro país «es como las berenjenas» (frase popular que todos en Chile conocen). Si bien es cierto esta mirada es cortoplacista y se vincula a lo que regularmente tiene la vista o recibe de los medios de desinformación, su percepción no está errada. Nos machacan cada día, hora y minuto con los asaltos, portonazos, crímenes y un largo etcétera, sin embargo los delincuentes no siempre van a centros de reclusión – que sirven para cualquier cosa menos para reformar a alguien que delinque – y en la mayoría de los casos cuando hay detención muy pronto están nuevamente en la calle.
¿Cual es la razón? Normas legales que los jueces aplican y que deja en evidencia que algo no está bien pero no se prevé buscar ni dar soluciones. Solo debemos seguir siendo espectadores privilegiados de despachos periodísticos sobre allanamientos y demás, que no mejoran nada a futuro pero sirven para instalar tensión y temor.
2.- Al mismo tiempo hay otro tipo de delincuencia que casi no es reportada, salvo titulares espectaculares cuando no hay como taparlos, y que a pesar de causar un enorme daño tampoco cuenta con castigos ni sanciones ejemplarizadoras. Basta ver cuántos casos de malversación, coimas, corrupción, colusiones, robos al Estado, fraudes en reparticiones públicas, sobres bajo cuerda, pago de favores entre otros de ocurrencia común. Conclusión? El objetivo del sistema es sembrar la indefensión como un paso previo a la militarización de las calles e incluso la invitación a guardias blancas que detengan y maten sin juicio previo.
Se allanaran viviendas, populares en su mayoría, pero se aceptará o haran la vista gorda pues busca terminar con la delincuencia. ¿Y los otros que? Seguirán robando y malversando, para ellos no hay justicia que valga.
¿Cierto que la justicia en nuestro país «es como las berenjenas» ?