El Seminario «100 Lenguajes para Educar: Arte, Inclusión y Territorio», organizado
por la Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, reunió a educadores y
artistas tras el propósito de recurrir al arte como motor de transformación social
y pedagógica.
El encuentro, efectuado el reciente jueves en dependencias de INACAP, fue un
espacio de reflexión y capacitación. Abordó la pedagogía del arte y la inclusión,
destacando su rol como «motores de transformación y movilidad social»,
especialmente al poner en el centro a las niñeces.
El nombre del seminario hizo referencia a la metáfora del pensador italiano Loris
Malaguzzi (1920-1994), creador del enfoque Reggio Emilia, cuya idea central
sostiene que la cultura y la escuela «les quita a niñas y niños 99 formas de
expresarse y solo les deja una, que es la escucha».
Finalizado el seminario, el Seremi de las Culturas, Luis Navarro Almonacid,
subrayó que las expectativas del seminario fueron superadas y manifestó su
satisfacción por generar instancias de capacitación enfocadas en la pedagogía del
arte y la inclusión.
“Las expectativas están superadas, principalmente por tener instancias de
capacitación para educadores, artistas y gestores culturales en relación a la
pedagogía del arte y la inclusión, que son temáticas fundamentales que hoy día
son motores de transformación social y de movilidad social, particularmente
cuando hablamos y ponemos en el centro a las niñeces», sostuvo Luis Navarro.
«100 Lenguajes para Educar: Arte, Inclusión y Territorio» se centró en la
necesidad de reconocer y potenciar los infinitos lenguajes que tienen las niñeces
de su propia cultura para comunicarse, e incluyó diversas ponencias.
Desde la experiencia en el aula, Susana Hernández Rojas, Directora del Jardín
Infantil Trébol, de Lo Barnechea, región Metropolitana, presentó la exposición
«Arte e inclusión como territorios de encuentro en contextos públicos”.
Compartió su práctica que busca alinear a «maestros y aprendices» para que todos
accedan al conocimiento, viendo a los niños y niñas como maestros y no tan sólo
como aprendices.
“Se nos invitó a compartir nuestra experiencia que se relaciona, en todos los
vértices, con el arte, con la inclusión y cómo de aquí nace y se co-crea una nueva
cultura para la primera infancia; rescatando siempre al niño en el centro del
aprendizaje y maestros y aprendices alineados para que se confabule una
metáfora pedagógica que les permita a todos y a todas acceder. Hablamos mucho
sobre el valor por el encuentro, el valor por el cotidiano y una invitación muy
genuina a los maestros, a ponernos a disposición de niños y niñas, a verlos como
maestros y no tan sólo como aprendices. E invertir un poco, poner ahí de cabeza
la educación para que este adulto se convierta en un mediador, en un facilitador,
en un artista que proponga escenarios lúdicos a los niños. Y para eso hay que
reaprender, hay que reeducarse”, comentó Hernández Rojas.
Cristina Araneda Bizama, educadora de párvulos y fundadora del proyecto Bígaro,
expuso bajo el título «Cuando dos imaginarios se cruzan: juego e inclusión”.
También se presentó Andrea Lobos Arias, creadora de Abeja de Madera,
comunidad de formación y divulgación de prácticas pedagógicas, con su actividad
«Habitar la documentación pedagógica”.
La jornada incluyó las intervenciones de danza del taller de estudiantes de
Técnico en atención de Párvulos del Instituto Profesional Santo Tomás, y de
cuentacuentos de la narradora oral escénica, Julia Sánchez.
El seminario finalizó, durante la tarde, con una fase práctica que consideró los
talleres de “Cianotipia” y “Lenguaje de Barro”, que se llevaron a cabo en el
espacio educativo Bambú. También se desarrollaron propuestas de juego y
escenarios digitales en el mismo recinto.