A un costado de la plaza Muñoz Gamero de Punta Arenas, una muñeca de trapo
de dimensiones gigantescas apareció como un mudo, pero poderoso, megáfono.
Se trató de la pieza central de una audaz intervención artística ideada y
ejecutada, este martes, por estudiantes de primero medio del Liceo Sara Braun,
en el contexto del cierre del programa Acciona 2025, de la Seremi de las
Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Bajo el nombre «La salud mental adolescente no es un juego», la iniciativa buscó
transformar el espacio público en un punto de encuentro y reflexión sobre una
problemática que, a menudo, permanece invisibilizada: El bienestar psicológico
de las y los jóvenes. La muñeca evocó la inocencia de la infancia, contrastando
con la seriedad del mensaje.
El interés de las y los estudiantes por poner en discusión este tema fue el motor
inicial de la propuesta, tal como lo confirmó la artista tallerista, Andrea Pereda.
«Ellas y ellos (estudiantes) dijeron, queremos hablar sobre la salud mental, es un
tema relevante, y queremos hacerlo de esta forma, que era con la instalación»,
precisó la actriz.
La propuesta, que derivó en la muñeca gigante y una convocatoria amplia, tuvo
un origen colaborativo y estudiantil. Desde el concepto temático hasta su
realización, cada detalle fue elaborado por los propios alumnos y alumnas,
quienes hicieron de la participación comunitaria su principal insumo. Previo a la
intervención en el espacio público, las y los impulsores de la idea habilitaron un
buzón en dependencias del liceo para recopilar anónimamente relatos sobre
salud mental.
El proyecto se centró en la voz estudiantil. «Los jóvenes levantaron esta temática
y hoy día la ponen en la agenda pública para poder conversar y dialogar desde
sus testimonios, desde sus vivencias, cómo han vivido y experimentado las
temáticas que engloban la salud mental», señaló el Seremi de las Culturas, Luis
Navarro, quien acompañó a la puesta en escena.
Estos testimonios, cargados de experiencias, fueron grabados y se utilizaron en la
instalación para que los transeúntes pudieran escuchar.
El acto incluyó además la invitación a escribir mensajes y pegar sobre la muñeca
de trapo. Con marcadores en mano, personas de todas las edades, plasmaron sus
propias historias, miedos o recados de apoyo, transformando la instalación en un
lienzo colectivo.
«El propósito fue hacer más visible los problemas de salud mental en
adolescentes, porque consideramos y mucha gente también, que este es un tema
que no tiene tanta relevancia o no es tan visibilizado como debiera. Entonces,
hacer esto puede captar la atención y va a generar conciencia dentro de las
personas, al menos eso esperamos», explicó el estudiante Lucas Álvarez.
La realización de la obra fue un esfuerzo mancomunado. Al trabajo de las y los
estudiantes se sumaron docentes, personal del liceo y artistas locales, que nos
ayudaron con el bordado de la muñeca, la estructura y el dispositivo sonoro.
La intervención, que cerró las actividades del programa Acciona en el
establecimiento durante el año 2025, demostró que el arte, cuando es vehículo
de una necesidad profunda, se convierte en una herramienta de transformación
social y apertura de conversaciones fundamentales.