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CARPE DIEM por ERNESTO SEPULVEDA

Amigos y amigas.

Una inolvidable película de los años noventa, que aún se puede encontrar por ahí, «La sociedad de los poetas muertos», mostraba como un maestro, inspiraba a sus jóvenes alumnos. Leyendo a los autores clásicos,  rescatan de las Odas del poeta romano Horacio  (23 AC) , la frase  «Carpe diem»,que significa algo así como «aprovecha el día».   incentivando a los jóvenes a que vivieran cada día de su existencia como si fuera el último. Y no temieran  realizar todo lo que el corazón les diga.

Sin lugar a dudas, el tráfago del día a día,  las rutinas, la pulsión por comprar cosas y mas cosas,  la presión por tener dinero, o alcanzar una posición social, muchas veces nos aleja de lo que en nuestros días de juventud, soñamos y quisimos.

El consumismo, nos lleva al individualismo, a competir unos con otros, arrastrando a nuestros propios hijos en esa carrera siempre hacia adelante, ojalá lo más rápido posible.

En qué momento la felicidad que descubríamos en una simple conversación, bajo las estrellas, dejó de ser lo que mas importaba en nuestras vidas.

El valor de la amistad. No movida por ningún interés, que brotaba del simple compartir, se hizo en la vida adulta mas escasa. Los días tienen las misma horas, pero parece que el tiempo fuera más de prisa.

Creo que quienes vivimos en una tierra de promisión como Magallanes, tenemos todavía la posibilidad de conservar algo de esa forma de relacionarnos, que se cultivaba antaño. Una vida más amable, más atenta, más preocupada del otro.

Somos una tierra de inmigrantes, vinieron en el pasado y seguirán viniendo, hombres y mujeres de distintas razas y culturas. Tenemos la oportunidad de ser una tierra de acogida. Podemos enriquecer nuestra sociedad, con un valor inapreciable, la diversidad.

El conocer personas diferentes, el compartir con quienes han tenido vidas muy distintas a las nuestras. nos permite aprender la tolerancia. 

Cuando vemos que en el norte del país, en la capital y las grandes ciudades, se producen hechos de violencia, ataques en contra de minoras sexuales, en contra de inmigrantes, en contra de personas con ideas políticas distintas. Podemos ver el abismo de cerca. El odio por el otro, ya ocupó en Chile muchos años de nuestras vidas. 

La opción por la paz, por la fraternidad, por la vida en armonía, no es un objetivo ajeno o distante. Es lo que cada uno de nosotros soñó, cambiar el mundo, para ser felices.

Vivimos en Magallanes, en una tierra privilegiada. Hay personas que atraviesan el mundo, sólo para poder sentir el silencio y el sonido del viento en la montaña, o jugando entre los árboles.

Tenemos cada día la posibilidad de hacer la diferencia. No hay nada más gratificante que regalar alegría, de regalar cariño. De regalar paz,

tranquilidad, sosiego. Todos podemos hacerlo, partiendo por quienes están en la vida pública. Cómo serían de queridos y respetados nuestros líderes políticos?, si más que hacer gestos rimbombantes, hicieran pequeños gestos, de sencillez, de humildad, de solidaridad.

Vivimos en una comunidad pequeña, aún hoy día podemos decir «En Magallanes todos nos conocemos». Podemos hacer una gran diferencia con el resto del país. Si queremos cambiar el planeta, partamos cambiando el barrio. Seamos amables y atentos con nuestros vecinos. Respetemos y valoremos a nuestros adultos mayores. 

Bendigamos cada día a nuestros hijos, a nuestras madres. Demos ejemplo de coherencia a nuestros niños, asumiendo con coraje nuestros errores, y mejorando todo cuanto podamos, para el bien y la felicidad de los demás.
Aprovechar el día, vivir despreocupados, disfrutar cada instante de nuestras vidas, es lo que les debemos a todos quienes nos precedieron, también a los que están partiendo ahora. Y a los que partiremos después.
Amigas y amigos, soy Ernesto Sepúlveda y quiero aprovechar este día.

Punta Arenas, Lunes 29 de julio de 2019.-